#ElPerúQueQueremos

Tayacaja: ¿el que estudia triunfa?

Publicado: 2011-06-23

Tres muertos por una universidad de provincia. Ese es el saldo luego de los días previos de conflicto entre dos pueblos cercanos y distantes por la competencia entre ellos. Se ha hablado del oportunismo político de los congresistas que propusieron esta ley. Se ha hablado de los conflictos sociales y de la sordera del Estado. Se ha hablado a su vez de este Perú que avanza sobre los charcos de sangre de los subalternos, provincianos, desesperados, indígenas, amazónicos, aymaras y de las toneladas de cenizas que arden de edificios públicos prendidos con la ira de la postergación. Pero poco se habla del por qué una universidad puede significar tanto para un pueblo como Tayacaja.

La universidad en sectores del "interior del país" es la única posibilidad de movilidad social para salir de la miseria de la postergación. La educación en el Perú se está convirtiendo en la brecha entre los que nada pueden y los que por lo menos pueden aspirar a algo. La propuesta de una universidad que se iba a construir y levantar con el presupuesto de la Universidad de Huancavelica y con parte de sus instalaciones en ese zona simplemente produjo una alteración total de la población ante la probabilidad de que parte del alumnado se quedé "sin esa esperanza".

Pero, realmente, ¿la universidad pública peruana permite esa movilidad social que aspiran los sectores excluidos de todo el banquete gastronómico del "avance del Perú"? Por supuesto que no. Los casos de alumnos que pueden terminar como profesionales y acceder a un puesto de trabajo estable, digno y con un sueldo decoroso, son menos del 10% si nos referimos a una universidad de la periferia. Incluso de la misma universidad central del Perú, digamos por ejemplo la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, los profesionales en Medicina, uno de las carreras de mayor inversión y de acceso casi imposible, en su mayoría aspiran a trabajos como médicos burócratas del sector salud o de los servicios previsionales. El sueño ese que nos vendían de "el que estudia triunfa" es apenas un episodio salmantino en la borrasca de una memoria teñida de mejores deseos que esperanzas atendibles.

En Brasil las universidades públicas son de una excelencia mundial y su acceso es difícil puesto que los espacios son para las élites tecnocráticas y para los estudiantes más brillantes. ¿Acaso ahora que el Perú está empezando a atravesar un cambio podremos siquiera acercarnos lejanamente a los estándares universitarios brasileños.

Ojalá, pues de lo contrario, la muerte de esas tres personas en un conflicto absurdo detrás de la esperanza de la movilidad social a través de la educación, solo habrá servido para hacer más cruel esa ironía que se perfila entre la educación estatal  del interior y la educación privada de la capital.


Escrito por

Rocío Silva Santisteban

Rocío Silva-Santisteban Manrique (Lima, 1963) Escritora, profesora, activista en derechos humanos y políticamente zurda.


Publicado en

Kolumna Okupa

Artículos, kolumnas, reseñas de libros, poesía y reflexiones varias de Rocío Silva Santisteban.