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Abugattas colocándole la banda a Ollanta Humala: lo que debió hacer Alan García y no quiso.

La humillada cerviz levantó

Publicado: 2011-07-31

Después de cinco años de un gobierno que no levantaba la moral de nadie, excepto de los dueños del Perú, este discurso presidencial, a pesar de ser insuficiente, ha ahondado en algunos temas que, considero, nos auguran un primer buen momento democrático aunque luego puedan venir los consabidos problemas de siempre. En primer lugar, Ollanta Humala asumió la presidencia mencionando “el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979” y esto ha significado la bulla histérica de la cazuela.

Absurdo: que mencione a la Constitución de 1979, un Carta Magna que costó años de dictadura, no implica necesariamente volver a sus principios económicos, como se han arañado diciéndolo fujimoristas y algunos periodistas. Como lo mencionó Carlos Monge en un debate en La Mula el mismo 28 de julio, esto ha implicado un distanciamiento del fujimorismo y una demarcación de la cancha democrática entre todos los otros, y esa es una jugada política maestra.

Seguidamente, Humala mencionó que la “exclusión social” debe borrarse de nuestro lenguaje, de nuestra sociedad y de nuestra vida como peruanos. La idea es simbólicamente poderosa pero, a su vez, considero que la única manera de que esta pueda ser borrada es borrando también la de “inclusión social” cuando esta significa un paradigma único, ajeno, occidental, y vamos “incluyendo” a todos los demás, uno a uno, pero siempre pensando en el paradigma único centrado en los criollos de la costa. Borrar estas formas de entender el “desarrollo” implica introducir un concepto como el de interculturalidad en todos los estamentos del Estado: que el paradigma sea plural, que el “sujeto de la ley” sea múltiple.

Creo que esta vocación de lo múltiple en la identidad peruana ha sido una línea de todo su discurso y se ha percibido, por ejemplo, al citar a todos los pensadores políticos de diferentes espectros, ”me refiero a Víctor Andrés Belaunde, Haya, Mariátegui y Basadre”, que han consolidado la modernidad en el Perú. Es una lástima que sigamos mencionando a los intelectuales de los años 20 del siglo pasado, a pesar de que han sido grandes, sin duda alguna. Sin embargo, se pudo mencionar a otros más contemporáneos “como Carlos Iván Degregori o Alberto Flores Galindo”, que también apostaron por lo diverso.

En relación con el tema de derechos humanos, por supuesto que ha sido insuficiente pues esperábamos por lo menos una mención a la Ley de Consulta Previa. Pero el presidente Humala ha mencionado a las reparaciones individuales y colectivas; ha señalado que es imprescindible “curar las heridas” y que los afectados “rehagan sus vidas” y para eso, como él mismo lo sabe, es imprescindible vincular a las reparaciones con la verdad, la justicia y la memoria. Por eso mismo creemos que es necesario continuar con la judicialización de diversos casos que aún siguen impunes y, a su vez, fortalecer las políticas de memoria, y de ellas la re-estructuración del Lugar de la Memoria, que tiene varios millones de euros de presupuesto pero aún no una voluntad política fuerte para armar sus contenidos.

Por último, es preciso señalarlo, se trata del único gobernante que ha mencionado la importancia de “combatir el feminicidio” en un discurso presidencial, y creo que eso, contra todo pronóstico, lo posiciona también del lado de los débiles por antonomasia: las mujeres y las niñas maltratadas.

Esta kolumna ha sido publicada en el suplemento Domingo del diario La República el día de hoy 31 de julio, a punto de comenzar de nuevo el larguísimo mes de agosto, y una nueva etapa para todos nosotros que confiamos más en la redistribución que en el mercado libre. Esperemos no ser defraudados.


Escrito por

Rocío Silva Santisteban

Rocío Silva-Santisteban Manrique (Lima, 1963) Escritora, profesora, activista en derechos humanos y políticamente zurda.


Publicado en

Kolumna Okupa

Artículos, kolumnas, reseñas de libros, poesía y reflexiones varias de Rocío Silva Santisteban.