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Luchadores

Tres octogenarios que aún siguen en pie de lucha: Genaro Ledesma, Hugo Blanco y una madre (no tan) anónima

uno sabe que la lucha es cruel y mucha/ pero lucha y se desangra/ por la fe que lo empecina... 

Enrique Santos Discépolo

Publicado: 2014-10-22

El viernes 16 de octubre se realizó en Cajamarca una sencilla y breve ceremonia de homenaje a Genaro Ledesma Izquieta a propósito de su regreso a su Cajabamba natal. Ledesma tiene 85 años y una memoria extraordinaria y en esa ocasión, a solicitud de varios jóvenes de izquierda que solo sabían de él por las novelas de Manuel Scorza, recordó las luchas de los campesinos de Rancas que esa infausto 2 de mayo de 1960 se enfrentaron con ondas, palos y piedras contra casi 500 policías armados con los winchester de la época y fueron acribillados. Ledesma en ese entonces era alcalde de Cerro de Pasco y gracias a su valiente intervención la policía dio marcha atrás. Desde esa fecha, hasta hoy, Ledesma como abogado se ha fajado por innumerables causas casi perdidas: con su locuacidad y el uso del Código Civil y del Código Penal. Ha estado tres veces preso en el terrible SEPA y una vez fue deportado por Morales Bermúdez dentro de la operación Cóndor, junto con Javier Diez Canseco y Hugo Blanco, salvándose a última hora de uno de esas terribles “vuelos de la muerte”. Hoy, Ledesma, a su edad, defiende legalmente las lagunas del Alto Perú en San Pablo, Cajamarca, que son las que proveen de agua a toda la cuenca del Jequetepeque. 


genaro ledesma en la plaza de armas, La REPÚBLICA. 

Otro dirigente del fenecido FOCEP, el Frente Obrero, Campesino, Estudiantil Popular de los años 80 y del que fue presidente Genaro Ledesma, el líder cusqueño Hugo Blanco Galdós, ha sido uno de los representantes campesinos de las tomas de tierra del valle de La Convención en los años 60 y de los constituyentes más votados, después de Haya de la Torre, en las elecciones de la asamblea de 1979, también “asiduo” visitante del SEPA, deportado en varias ocasiones, hoy se mantiene con una energía envidiable que lo ha llevado, a caballo o a pie, a Sorochuco, El Perol y otras zonas de Cajamarca, para establecer su solidaridad con los Guardianes de las Lagunas. Blanco recorrió los 980 km de Cajamarca a Lima en la Marcha del Agua en plena canícula de febrero de 2012 con sus envidiables 80 años a cuestas. Hoy sigue siendo un gran luchador de izquierda: “si antes luchaba por el socialismo ahora lo hago por algo mucho más básico y profundo: la supervivencia de la especie humana”. Para Blanco, la ecología popular no es solo una palabra, es un reto para los peruanos que, tanto en la ciudad como en el campo, debemos defender el agua, la seguridad alimentaria y un vivir en armonía con la naturaleza.


carnet de fly hostess de mi madre .

Por último quisiera referirme a una mujer que no es conocida. Una mujer que, a su manera, sencilla y urbana, como tantas otras mujeres, ha sabido pelear por la supervivencia de los suyos. No ha protagonizado ninguna gesta pero, audaz, a los 21 años, en 1943, fue aeromoza de Panagra para poder costear la enfermedad de su padre y viajó en aviones casi de papel tres veces por semana de Panamá a Buenos Aires ida y vuelta. Una mujer que aprendió inglés para ser guía de turistas y que en los 80, cuando no hubo turistas, enseñó inglés, cultura peruana y protocolo, porque había que salir adelante. Una mujer que plantó un árbol a los 4 años en su Piura natal, escribió un libro a las 81 años y ha tenido dos hijos: Aura Manrique, mi madre, que este domingo cumple 91. Una luchadora anónima.

Publicada en La República el martes 21 de octubre de 2014.


Escrito por

Rocío Silva Santisteban

Rocío Silva-Santisteban Manrique (Lima, 1963) Escritora, profesora, activista en derechos humanos y políticamente zurda.


Publicado en

Kolumna Okupa

Artículos, kolumnas, reseñas de libros, poesía y reflexiones varias de Rocío Silva Santisteban.