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El Bosco,  El Jardín de las delicias (detalle). 

El caníbal es el otro

Por la vocación de unidad por encima de los pequeños intereses 

... es hora de apagar el fuego de la discordia antes que se propague y arrase con todos. Después de la división y el fracaso todos seremos culpables...

Militante de TyL Cajamarca

Publicado: 2016-09-13


Escribo esta kolumna con vocación de unidad porque considero que debemos de reafirmarla incesantemente, no solo desde las distintas izquierdas, sino desde las distintas agendas de sujetos políticos que somos. Por eso niego enfáticamente cuando algunos periodistas como Víctor Liza, a quien respeto, sostienen que la “izquierda tiene vocación de ameba”. Es una frase ingeniosa para el olvido de quienes pretenden “objetividad” pero repiten estereotipos. Yo no soy objetiva: escribo desde la subjetividad de sujeto político y como diría Mariátegui “tomo una posición de parte”.  

La semana que pasó sucedieron dos asuntos en el FA: el CEN de TyL “relevó” a tres de sus miembros ante el CP del FA (Glave, Francke y Pflucker) y propusieron la “suspensión” del Congreso del FA propuesto para 24 y 25 de setiembre. Por otro lado, la reacción de las otras fuerzas fue acusar a Marco Arana de caudillo manipulador y rupturista y reafirmar que el Congreso del FA va a como dé lugar.

Verónika Mendoza ha sido prudente aunque insistente en el tema del Congreso, pero no lo ha sido del sector cercano a ella: de hecho filtrar un documento de TyL al diario El Comercio fue echar más leña al fuego. Levantó un escándalo que la derecha mediática y ciertos sectores de izquierda han usado como mejor han podido: Lynch y Tapia salieron de inmediato como comentaristas políticos a enfatizar las discrepancias y a sostener que es “hora de recoger firmas” para lo cual se ofrecían como colaboradores. En los diarios de derecha, desde Perú21 hasta El Montonero, no han cejado en escribir o caricaturizar una de las tantas rupturas de la izquierda, cuando en la realidad, nada se ha dicho sobre una ruptura sino sobre situaciones de peligro.

Por supuesto, también considero que la decisión de ese documento del CEN de TyL, con una redacción deficiente, ha sido infraterna y más aún, considero que se "lanzó" aprovechando la situación médica de hospitalización de Arana para que él tenga que asumir "los hechos consumados" al regresar a sus quehaceres. Habría que preguntarse ¿cuál ha sido el objetivo de plantear esta situación en ese momento?, ¿quiénes son los políticos del CEN de TyL interesados en esta situación y a quién beneficia?, ¿qué implica de cara a las elecciones regionales y municipales que en el Cusco, por ejemplo, se vaya como en el año 2013 con inscripción regional de TyL y no del FA?

En un principio se piensa que esta situación de inminente ruptura beneficia a Marco Arana: al contrario, lo perjudica porque nuevamente se le acusa de caudillo ramplón, de manipulador y del "caprichoso dueño de la pelota" cuando estamos hablando de 19 personas que votaron en un sentido dentro de ese CEN en ausencia de Arana. Por el otro lado, los calificativos de "izquierda miraflorina" que miembros de ese sector como Jorge Aparcana, defensor de derechos humanos de Ica y a quien respeto, reproducen los medios (ver Hildebrandt en sus 13) azuzan como kerosene al fuego y son, dicho sea de paso, anacrónicos y también totalmente infraternos. (Jorge Aparcana: yo también soy de la base FA-Miraflores a mucha honra y no creo que puedas acusarme a mí de caviar, de snob o de superflua, porque me conoces por haber estado cuando he podido en Ica, Cocachacra, Conga, Celendín, Cañaris y un largo etcétera).

Yo creo en la unidad, no per se, sino precisamente en esta mirada de un futuro necesario. Una unidad para vencer en el bicentenario y transformar el país y sus instituciones. Disiento del artículo de nuestra inteligente compañera Anahí Durand y del periodista Juan de la Puente, en el sentido que no tiene por qué existir una disyunción entre "socialistas" o "ecologistas" al interior del FA: esta situación no es programática. Es una situación centrada en miedos y eso, políticamente, nos debilita frente al verdadero enemigo. Pensar en “borrón y cuenta nueva” buscando un millón y medio de firmas en este momento, en lugar de insistir en una diálogo razonable, es una pérdida de tiempo y una apuesta por lanzar lo andado por la borda.

Respeto mucho a Arana y a Mendoza: ambos son líderes consecuentes, intensos, entregados. No olvidemos que Arana fue masacrado en julio del 2012 en la Plaza de Armas de Cajamarca por la policía nacional en una jugada perdedora de Ollanta Humala y Oscar Valdés para “aparentemente” controlar al antiminero que levanta a la población, cuando la situación fue la contraria, es decir, fue la misma población con sus luchas que le exigía a Arana no ceder ante la presión y asumir una clara disidencia contra el estado de emergencia.

Por otro lado creo que Mendoza renovó nuestra fe en la izquierda durante el rush de la campaña: creció en él con su juventud, su bilingüismo quechua-castellano, su posición de mujer alegre y combativa. Pero no se puede entender ninguno de los dos liderazgos sin reconocer el ecologismo popular que enmarca al FA surgido entre los campesinos de Conga o los agricultores de Cocachacra o las mujeres jóvenes que marchan en Lima: en sus luchas, en sus muertes.

Las diferencias que se plantean internas en TyL y otros sectores están resquebrajando la posibilidad de unidad, lo sabemos todos, pero también hay que considerar que la presión a la realización del congreso en este mes, sea como sea, plantearía la posibilidad de que no asistan las bases de TyL lo que implicaría una ruptura en los hechos. Creo que debemos evitar esta situación y no la resolveremos considerando, como dice mi colega Víctor Vich, que "el caníbal es el otro".


Esta kolumna es una versión doblemente más larga de la que publicó hoy La República. 


Escrito por

Rocío Silva Santisteban

Rocío Silva-Santisteban Manrique (Lima, 1963) Escritora, profesora, activista en derechos humanos y políticamente zurda.


Publicado en

Kolumna Okupa

Artículos, kolumnas, reseñas de libros, poesía y reflexiones varias de Rocío Silva Santisteban.