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Rodolfo Stavenhagen ha muerto

Extraordinario investigador, intelectual comprometido y activista de los derechos de los pueblos indígenas 

Publicado: 2016-11-09


Comiendo una pizza en la avenida Rivadavia, Buenos Aires, mientras reía sin parar de los chistes de los otros contertulios, Rodolfo Stavenhagen no parecía el intelectual severo que yo imaginé leyendo su famoso texto “Siete tesis equivocadas sobre América Latina”. En esos días de 2014 invitados por el intelectual argentino Ricardo Forster coincidimos en el encuentro “Pensar América Latina” y compartimos la mesa de cierre del mismo. Stavenhagen era un hombre menudo, sencillo, con el morral atravesándole el pecho como cualquier joven estudiante universitario, pelado y distinguido, con una mirada extraña y furtiva, realmente durante muchos años cuando leía sus textos tuve una tesis totalmente equivocada sobre este gran intelectual latinoamericano.

El 5 de noviembre ha fallecido en su México querido este sociólogo de origen alemán que llegó al DF huyendo de la demencia nazi en 1940 en plena guerra. Stavenhagen ha sido marcado excepcionalmente por esos recuerdos: “Yo vi caer las bombas, fue mi primera conciencia sobre la guerra. Felizmente pudimos salir, a pesar de las bombas, el barco zarpó [de Amberes] por instrucciones superiores… Nos salvó la vida salir la noche en que los alemanes invadieron. Y en cuatro días acabó la guerra, ocuparon Holanda. Algunos parientes no salieron, mis abuelos paternos se quedaron, murieron en un campo de concentración”. Sin duda este origen lo marcó en sus investigaciones y sus compromisos éticos.

Personalmente le dedico este pequeño homenaje desde el sur porque considero que Stavenhagen es el paradigma de intelectuales que necesitamos más en Nuestra América. No solo reflexionó sobre la situación de los desprotegidos, de los pobres entre los pobres, no solo dictó clases y dirigió numerosas investigaciones desde el prestigioso Colegio de México sino también fue un activista de los derechos de los pueblos indígenas, y además su gran defensor como relator de Pueblos Indígenas de la ONU. Un hombre humilde, alejado de los fuegos fatuos de la soberbia, felizmente el año pasado en el Congreso de LASA (Latin American Studies Association) en Nueva York se le pudo rendir un homenaje merecido.

Como relator de Pueblos Indígenas, Stavenhagen estuvo en Bagua luego de la masacre de policías e indígenas de 2009 y publicó bajo el auspicio de la FIDH un importante reporte. Cincuenta años antes, como parte de una de las famosas tesis del texto mencionado, negó que “La existencia de zonas rurales atrasadas, tradicionales y arcaicas [sea] un obstáculo para la formación del mercado interno y para el desarrollo del capitalismo nacional y progresista”. Es decir, cincuenta años antes de la tesis de Alan García descalificando a los indígenas y nativos como la rémora del desarrollo peruano, ya Stavenhagen había negado con argumentos sólidos esa posibilidad. En esos días del baguazo comentó lo siguiente: “Ese discurso [de Alan García] que busca descalificar a los indígenas causa desasosiego, rabia y frustración. Es un discurso polarizante. Es un lenguaje que no debería tener lugar cuando se buscan soluciones a problemas económicos, sociales y políticos”.

Bis bald, Rodolfo Stavenhagen. En serio que lo vamos a extrañar.


Aquí se puede ver un video sobre sus investigaciones y su vida. 


Esta kolumna ha sido publicada en el diario La República el martes 8 de noviembre, el mismo día de la hecatombe mundial que ha significado el triunfo del fascista misógino Donald Trump como presidente de la nación más poderosa del mundo. 


Escrito por

Rocío Silva Santisteban

Rocío Silva-Santisteban Manrique (Lima, 1963) Escritora, profesora, activista en derechos humanos y políticamente zurda.


Publicado en

Kolumna Okupa

Artículos, kolumnas, reseñas de libros, poesía y reflexiones varias de Rocío Silva Santisteban.