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Xu Lizhi y la esclavitud juvenil

Un joven poeta suicida chino nos muestra la perversidad del capitalismo tardío

Publicado: 2018-02-27

El modelo de desarrollo que nos rige hoy en día se afianza sobre una ética vinculada al individualismo emprendedor. La palabra emprendedor, emprendedurismo, y demás derivados, se ha instalado en la lógica del capitalismo tardío debido, precisamente a los éxitos, de algunos emprendedores sobre todo en el ámbito de la tecnología: Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, son los paradigmas del exitoso que logra ser millonario a partir de su propia capacidad creativa tecnológica. En este milenio son los emprendedores, incluso en el discurso del capitalismo peruano, los que logran posicionarse como “exitosos” y ahí están los Añaños para demostrarle al mundo que es posible. Pero esta lógica que se basa en un discurso profundamente egoísta, individualista y sospechoso de todo el resto de individuos, está produciendo una crisis profunda en los lazos sociales de todo el mundo.

Quiero ejemplificar este enunciado con una historia. Una historia que comienza con el siguiente poema: “Tragué una luna de hierro,/ que llaman tornillo./ Tragué vertidos/ industriales y formularios de paro,/ me incliné ante las maquinas, ¡que pronto mueren nuestros jóvenes!/ Tragué trabajo, tragué pobreza,/ tragué puentes peatonales, tragué toda está vida oxidada./ Ya no puedo tragar nada más./ Todo lo que trago se atraganta en mi garganta./ Hago llegar a todo mi país/ este poema de vergüenza”.

Xu Lizhi tenía 24 años cuando escribió ese poema. Trabajaba para la gigantesca Foxxconn, donde trabajan 800 mil personas en la ciudad de Shenzhen, China (muy cerca de Hong Kong), donde se ensamblan Iphones, Ipads, Wifii y toda una suerte de tecnología para Apple. El contraste entre su aldea en Canton y la ciudad donde los jóvenes deben trabajar produjo en Xu una infinita tristeza. Xu quiso cambiar de empleo; intentó ser contratado en una librería o incluso que lo deriven a la revista de la misma fábrica donde trabajaba y donde le habían publicado algunos de sus poemas. Pero no logró nada. Su vida monótona seguía en la línea de ensamblaje: muriendo día a día como un operario industrial de alta sensibilidad y como un extraordinario poeta anónimo: “Un tornillo cayó al suelo/ en su negra noche de horas extra./ Cayó vertical y tintineante/ pero no atrajo la atención de nadie,/ igual que aquella última vez,/ en una noche como ésta,/ en la que alguien se lanzó al vacío".

El 30 de setiembre del 2014 Xu Lizhi se lanzó al vacío. En China cientos de jóvenes se suicidan frente a una sociedad que usa la enajenación como parte de su sistema laboral: jóvenes depresivos, aislados, abatidos pero con un IPhone de última generación. El sueño comunista de Mao se convirtió en la depredación de un capitalismo de Estado llevado al extremo y envuelto en corrupción de toda índole, frenando la libertad del ser humano, incluso en su fuero más íntimo. ¿Se trata de un problema contemporáneo? Por supuesto, evidentemente de un problema del sistema de desarrollo económico global que también causa estragos en nuestra América Latina.

Página manuscrita de Xu Lizhi.

Uno de esos estragos es el pensamiento por el cual los jóvenes obreros, en la China o Perú, son percibidos como mano de obra incluso gratuita. Por eso, cuando salen leyes como la de “esclavitud juvenil”, cientos de otros enajenados las justifican.


Esta kolumna ha sido publicada el día de hoy en La República.


Escrito por

Rocío Silva Santisteban

Rocío Silva-Santisteban Manrique (Lima, 1963) Escritora, profesora, activista en derechos humanos y políticamente zurda.


Publicado en

Kolumna Okupa

Artículos, kolumnas, reseñas de libros, poesía y reflexiones varias de Rocío Silva Santisteban.